WALSH EN LA MEMORIA


“SIN ESPERANZA DE SER ESCUCHADO, CON LA CERTEZA DE SER PERSEGUIDO”


Rodolfo Walsh, secuestrado el 25 de marzo de 1977, fue un periodista y escritor de profundo compromiso político.
Al cumplirse un año del 24 de marzo, envió a distintas redacciones y agencias su “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”, hoy considerada como el texto mayor del periodismo latinoamericano, pero que en ese momento nadie publicó.
En la carta (de la que tomamos algunos párrafos), Walsh da un diagnóstico preciso de lo que estaba sucediendo en el país, contrastable con el ‘yo no sabía nada’ que tantos comunicadores esgrimieron cuando el terror quedó al desnudo y volvió la democracia.
Al día siguiente de ese envío, fue emboscado por un Grupo de Tareas de la ESMA, al que se enfrentó a tiros.
Sus asesinos comenzarán a ser juzgados en las próximas semanas.



CARTA ABIERTA DE UN ESCRITOR A LA JUNTA MILITAR

“El 24 de marzo de 1976 (...) lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron, (...) prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. (...) Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. (...) El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas.
Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, (...) y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.
Dictada por el FMI según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los ‘apátridas’ de los comunicados oficiales, dónde están los ‘mercenarios al servicio de intereses foráneos’, cuál es ‘la ideología que amenaza al ser nacional’. (...)
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.”

Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022 Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.

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